miércoles, 14 de enero de 2009

Sobre el conocimiento personal

Introduces en un cofre un poco de vida,
le añades experiencias,
le salazonas con el día a día,
Lo agitas para mezclar todas las verdades y mentiras que te vas creyendo en el caminar…

Y unos días metes miedos y los ocultas entre todos los tesoros
Y otros días metes alegrías y dejas que invadan todos los recovecos
Y pasa el tiempo, y guardas hasta lo que no investigas,
y son bienvenidos tesoros de los desconocidos.

Haces cosas, ocupas el tiempo, moldeas tu vida.

Y haces más cosas, sigues ocupando los momentos vacíos y continuas esculpiéndote.

Y un día te das cuenta que tienes un cofre, lleno de cosas, muchas desconocidas, otras no queridas, algunas son tesoros y otras cárceles.

Y un día descubres que el cofre no abre, esta oxidado, olvidado, nadie se ocupo de él durante mucho tiempo y cuando lo quieres abrir, el cofre está sellado.

Te asustas porque no te conoces.

Te asustas

y un angelito recoge tus lloros y te acuna con sus palabras

y otro angelito te enseña a caminar recta, con los hombros erguidos tanto en física como en mente

Y otro angelito te enseña a respirar amansando la mente

Abres los ojos y empiezas a darte cuenta,
Que en el cofre has metido miedos,
Complejos presionados contra el fondo,
Experiencias no cicatrizadas,
Enseñanzas no aprendidas con conviccion

Abres los ojos y ves un cofre cerrado y te asustas,
Por que por primera vez te quieres abrir a ti mismo,
Por que por primera vez te quieres explorar.

Abres los ojos y miras tus arrugas

Cierras los ojos y caminas desordenadamente hacia tu interior.

Perdida, intentas ver luz en cualquier recoveco.
Perdida, preguntas por la luz.
Perdida, preguntas por las señales que tu cuerpo te lanza.

Y vuelven a pasar los días,
esta vez marcados por objetivos personales,
desenredando la madeja,
tirando del hilo,
desenterrando todas las raíces plantadas.
Ahora es momento de abonar, enriquecer y quitar el polvo a los intrusos.

Y un día descubres que el cobre se abre,
y te gusta lo que ves transformado
y le dices susurrando
‘Tranquilo mi vida, por que a partir de ahora te cuidaré como mi tesoro personal que eres’

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